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Obras para tiple
El Tiple
miércoles, 11 de abril de 2018
martes, 13 de octubre de 2015
Hitoria del Tiple
Por: Valeria Arenas Castro
El tiple es un instrumento de
cuerda que se ha acogido como una creación autóctona de Colombia, a pesar de
que tiene su origen en España se mantiene como el instrumento típico colombiano.
Son abundantes las teorías sobre
el origen del tiple y con respecto a ello existe bibliografía abundante que por
desgracia es de difícil acceso. Este instrumento ha sufrido una evolución de más
de tres siglos, y su transformación ha sido expuesta basada principalmente en
especulaciones y conjeturas ya que no se ha tenido en cuenta la organización y
el registro de estos cambios.
David Puerta (1988), niega la
posibilidad de que el tiple sea originario de Colombia y propone que es
descendiente de otros instrumentos traídos a nuestra tierra por los europeos.
“Puesto que
en América precolombina no existió entre las tribus indígenas ningún
instrumento de cuerda, distinto de la timbirimba y las demás variedades del arco
de boca, podía de antemano descartarse cualquier posibilidad de origen del
tiple como consecuencia del desarrollo de instrumentos nativos. Así pues, había
que buscar su génesis entre los instrumentos traídos por los conquistadores
europeos.” (p. 24)
El laúd, la vihuela y la guitarra
son los cordófonos más populares en España a comienzos del siglo XVI, periodo
en el cual se presentan las conquistas españolas. “Del laúd, la vihuela y la
guitarra se derivan, sin género de duda, todos los demás que sirvieron al
quehacer artístico en nuestro país”. Puerta (1988)
En 1849 el periodista José
Caicedo Rojas propone que el tiple es una “degeneración grosera” de la guitarra
española, más tarde en 1923 el músico Guillermo Uribe Holguín acepta esta
teoría y añade: “Si la misma guitarra no ha logrado conservar puesto de honor
en la ejecución de la música seria y su uso, salvo raros casos está restringida
a acompañamiento de música popular, ¿a quién le podría ocurrir proponer el
empleo del tiple en obras efectivamente artísticas?”.
El musicólogo Guillermo Abadía
Morales sugiere en 1973 varias alternativas a partir de las cuales se explica
la hipótesis del tiple como adaptación de la guitarra, una de ellas expone que
“si al llegar la guitarra a América… tenía cinco órdenes dobles, pudo perder
entre nosotros el orden grave y triplicar los restantes”. A esta sospecha la
complementa la creencia de que el antiguo tiple antioqueño estaba conformado
también por cinco órdenes como plantea el historiador y escritor Antonio José
Restrepo, pero esta convicción también ha sido bastante refutada.
En 1954, el historiador Guillermo
Hernández de Alba expone la existencia del timple en las Islas Canarias, el
cual también posee la función de acompañamiento, así sugiere que nuestro tiple
es una evolución del timple canario. Después en 1978 el investigador y compositor
Miguel Ángel Martín apoya esta creencia.
A principios de los años 60 el
musicólogo Andrés Pardo Tovar y el compositor Jesús Bermúdez Silva siguieren
que la invención del tiple se dio en nuestro país en el siglo XIX o antes, sin
embargo también hacen posible su origen en la chitarra battente. Este es un
instrumento propio de Italia de la familia del laúd que posee cuatro órdenes
con cuerdas de acero.
Se sabe bien que el tiple, o más
bien, sus antecesores llegaron a nuestro territorio con los conquistadores
europeos, es decir, a comienzos del siglo XVI pero no se conoce con exactitud
el momento en el que ocurrieron los hechos, y tampoco se sabe cuándo dejó de
transformarse el tiple, cuándo llegó a ser lo que conocemos hoy. Algunas cosas
han sido registradas al respecto, por ejemplo, en la cúpula de la iglesia de
San Ignacio en Bogotá el pintor neogranadino Gregorio Vásquez Ceballos plasmó
allí ángeles con instrumentos de cuerda, se ha señalada que estos instrumentos
son tiples y ya que la pintura fue hecha en 1686, es indispensable que el tiple
haya llegado antes, hubiera pasado por algunas transformaciones y hubiera
adquirido la importancia necesaria para quedar allí grabado. Por otra parte, el
historiador Pbro. José Ignacio Perdomo, cita una antigua frase jesuita para
suponer que, hacia 1680, se expendían en las tiendas de Tópaga, Boyacá,
“guitarras y tiples para multiplicar la alegría de las gentes buenas”.
La palabra Tiple se menciona por primera vez en la literatura en 1754, en el
método de Pablo Minguet, posteriormente aparece el método de Andrés de Sotos en
1764 que dispone, recopila y aumenta el método para guitarra de cinco órdenes de
Juan Carlos Amat. Pero es en 1746 que se menciona en nuestro territorio por
primera vez la palabra tiple para designar un instrumento de cuerda, en ese año
se hicieron varios festejos en Popayán por la coronación del rey Fernando VI de
Borbón, en los expedientes se cuenta que “hubo mascaradas de indios, con
instrumentos músicos proporcionados a sus estaturas de guitarras, tiples,
flautas y otros varios”. En 1791 queda inscrito que los tiples también formaban
parte de los conjuntos musicales que celebraban la noche buena con bambucos y fandangos.
A partir de mediados del siglo
XVII los vocablos vihuela y guitarra se utilizan para designar el mismo
instrumento: la guitarra, con número de órdenes variable. Cuando se mencionan
los grupos instrumentales propios de cada región, nunca aparecen en un mismo
contexto la guitarra y la vihuela, pues ambos términos se refieren a lo mismo.
Los instrumentos pequeños también se llamaban vihuelas y a veces toman el
nombre de discantes, cuando este término deja de usarse, empiezan a llamarse
tiples según el nombre inventado por los españoles.
David Puerta concluye:
“De acuerdo
con todo lo expuesto, el origen del tiple colombiano actual se encuentra en la
guitarra de los años de la
Conquista , proyectada en el tiempo hasta la era republicana
del siglo diecinueve… O sea que durante todo el periodo colonial esas guitarras
permanecieron en el corazón del pueblo, sin modificaciones ni eclipses.
Cambiaron los nombres, no las especificaciones instrumentales… Es pues, un
problema de semántica, no de musicología, el que ha oscurecido hasta ahora la
investigación”. (p. 120)
Antes de los años 1900 el tiple
constaba de cuatro órdenes dobles, con la llegada del nuevo siglo el segundo y
tercer orden se triplicó, las doce cuerdas se impusieron en la segunda década
del siglo. Por último se cambiaron las clavijas de madera por clavijas
mecánicas y a partir de ahí el tiple no sufre más transformaciones externas
aunque se siguió y se sigue trabajando en la experimentación de maderas, lacas,
barnices, separación de los trastes; todo con el fin de conseguir una mejor
sonoridad y afinación.
Conclusiones personales
A partir de esta investigación se
hace claro que la historia del tiple está colmada de pequeños detalles que cada
vez crean mayor duda entre los estudiosos de este instrumento, tal vez ha sido
mayor la cantidad de suposiciones e hipótesis en torno a esta extensa
evolución, pero resulta asombroso conocer estudios tan detallados, tan precisos
y descriptivos de esta historia que resulta siendo también nuestra.
Ahora el tiple se ha consolidado,
al menos externamente, pero su técnica y su participación en la música se
diversifican cada vez más. Siempre se genera polémica en cuanto a él ya que no
ha podido darse una integración, una homogeneidad con respecto a él y a su método
en todas las regiones del país. No considero que eso represente un problema, no
hay nada de malo en la diversidad que envuelve a nuestro instrumento, no es
mejor ni peor aprender a tocar tiple en una academia o por empirismo.
La historia se sigue construyendo
y puede verse un poco de esperanza en el horizonte, cada vez son más los
jóvenes que descubren el tiple y que le dan a él la prioridad en sus vidas, son
más los experimentos, es más amplio su uso y su participación en otras músicas
no tan tradicionales e incluso se transforma y se juega con su morfología,
hecho que es inevitable. Es imposible evitar estos cambios, pausar el
desarrollo de músicas e instrumentos nuevos, detener el progreso tecnológico y
modificar los intereses de la sociedad de consumo, pero frente a todo ello, ni
el tiple, ni nuestra música debería preocuparse, son muchos retos, pero se está
demostrando fuertemente la riqueza, la belleza y la versatilidad que estos
poseen.
REFERENCIAS
Parra Olarte, Jesús Martín.
(2011). Confidencias del Tiple.
Bucaramanga: Sic Editorial.
Pérez Álvarez, Jesús Elkin.
(1996). Método de Tiple: acompañante,
melódico, solista. Medellín: Alcaldía de Medellín.
Puerta Zuluaga, David. (1988). Los caminos del Tiple. Bogotá: Ediciones
AMP.
lunes, 5 de octubre de 2015
martes, 22 de septiembre de 2015
Tiplistas de Colombia
Lucas Saboya
Oriol Caro
Gustavo Adolfo Rengifo
Diego Bahamón
Oscar Santafé
Fabián Gallón
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